Uno de los grandes inconvenientes a los que tiene que hacer frente el campo es a la ley de la oferta y la demanda, que traduce las buenas cosechas y producciones en precios bajos, mientras que una cosecha no tan buena genera mejores precios en el mercado. No obstante, la campaña de la aceituna de este año ha generado un ascenso del comercio aceitero en los mercados internacionales, lo que permitía albergar la esperanza de que este boom se viera reflejado también en nuestros mercados.
No obstante, la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos denuncia que esta bonanza del aceite de oliva en los mercados nacionales no genera beneficios para los productores, ya que, pese a que se ha generado un aumento del 80% respecto a la campaña anterior y a nivel interno, la comercialización ha aumentado en un 20%, no se obtienen beneficios para el productor.
La campaña de este año tiene visos de no ser tan productiva debido a los problemas generados por la ola de calor que se produjo en abril, pero esto no está reflejándose en el campo, puesto que el precio del aceite de oliva virgen está por debajo del 1, 80 euros, precio muy alejado de la zona euro.
Para Gregorio López, de COAG, «No se están cumpliendo las leyes de oferta y demanda. Las autoridades de Competencia deben clarificar si hay acuerdos o abuso de poder en el mercado para especular con el producto, e investigar si la distribución ha puesto en marcha algún tipo de estrategia para bajar los precios en origen, jugando así con la ruina de los agricultores en regiones de nuestro país muy castigadas por la crisis y el paro», además de quelos grandes operadores y la cadena de distribución realizan prácticas abusivas.
Se reclama al Ministerio de Agricultura un acuerdo que incremente el valor del aceite de oliva, así como cumplir con los compromisos adquiridos.